Page 19 - Demo
P. 19
Cuando tenemos un equipo de trabajo, somos responsables de una empresa o lideramos un grupo, lo que decimos y hacemos tiene un gran impacto. En ocasiones, cuando transmitimos nuestras ideas dejamos abierta la posibilidad de interpretarlas de manera equivocada, porque muchas veces damos indicaciones, solicitamos tareas o incluso pedimos que se realice un plan sin que este sea claro, identificado y preciso.Este tipo de casos genera un plano de subjetividad en las organizaciones, puesto que quienes dan las instrucciones no las transmiten de tal forma que pueda comprenderse por quien las va a ejecutar. Entonces, quien recibe la instrucci%u00f3n no sabe claramente lo que debe hacer, teniendo dudas que muchas veces no resuelve. Las instrucciones no coinciden con un plan, y si coinciden, ese plan es subjetivo o carece de metas.En muchas corporaciones, el supervisor, gerente, director o los socios aclaran las dudas u orientan las decisiones y las acciones de los colaboradores, siempre y cuando ellos mismos tengan en mente el objetivo que persiguen. Pero, %u00bfqu%u00e9 pasa si el objetivo no est%u00e1 definido? %u00bfY si la persona a cargo no pretende llegar a ese objetivo?Cuando no existen metas claras, las ideas no son objetivas o los planes carecen de exactitud, los equipos podr%u00edan no interesarse en velar por el objetivo general de la empresa, e incluso algunas personas podr%u00edan aprovechar la situaci%u00f3n para obtener un beneficio propio. Generalmente, esto ocurre por falta de %u00e9tica, puesto que se percatan de que pueden beneficiarse a trav%u00e9s de determinadas acciones que %u201cno est%u00e1n prohibidas%u201d, pero que al mismo tiempo son incorrectas.En este sentido, los valores y principios individuales desarrollan un rol muy importante. Por ello, siempre he sostenido que lejos de tener manuales operativos, planes detallados o instructivos, para una organizaci%u00f3n es m%u00e1s trascendente desarrollar una filosof%u00eda de trabajo adecuada y compartirla con los colaboradores. Esto permite generar un ambiente de armon%u00eda y cuidado, entre otros beneficios; pero lo m%u00e1s importante es que evita que se aprovechen de la subjetividad.Entonces, propongo que la nieblacreada por la subjetividad debe combatirse desde dos frentes: el t%u00e9cnico y el %u00e9tico. El primero se refiere a que las instrucciones deben darse de manera clara y objetiva; para ello, es importante comunicarse asertivamente, tener el ambiente de control adecuado y que los procesos est%u00e9n alineados con el objetivo general. El segundo frente implica desarrollar una filosof%u00eda de trabajo con el equipo que permita colaborar con base en los valores definidos por la empresa.La trascendencia en el desarrollo de estos dos frentes radica en que debe estructurarse un esquema de trabajo flexible, adaptable a las necesidades del mercado actual y, sobre todo, que permita que los que est%u00e1n a cargo de la organizaci%u00f3n puedan enfocarse en trazar los planes de trabajo pertinentes para que el negocio continue. %u25a019CORPORATIVO