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FOTOS POR INBAFOTOS POR INBA45SITIOS DE INTER%u00c9SNacimiento La historia de la construcci%u00f3n de este sitio es tan interesante como su est%u00e9tica en s%u00ed misma. Se trata de un proyecto arquitect%u00f3nico que demor%u00f3 casi 30 a%u00f1os en ser concluido, debido a diversos factores pol%u00edticos y econ%u00f3micos. La obra fue emprendida en 1904, cuando el entonces presidente Porfirio D%u00edaz so%u00f1%u00f3 con inaugurar un gran teatro para conmemorar el centenario de la Independencia. El proyecto se desarroll%u00f3 bajo la minuciosa supervisi%u00f3n del arquitecto italiano Adamo Boari.Aunque este edificio tuvo como antecesor al Teatro Nacional, en realidad sus muros fueron levantados desde cero, ya que se decidi%u00f3 demoler la edificaci%u00f3n anterior para realizar una totalmente nueva, que respondiera al programa de obras arquitect%u00f3nicas con el que se estaba embelleciendo a la Ciudad de M%u00e9xico.Si bien al inicio se plane%u00f3 concluir las labores en un periodo de cuatro a%u00f1os, esto no fue posible debido a complicaciones con el presupuesto. El proyecto se retras%u00f3 y fue pr%u00e1cticamente imposible de terminar tras el estallido de la Revoluci%u00f3n Mexicana, en 1910.Seis a%u00f1os despu%u00e9s, en 1916, el arquitecto responsable regres%u00f3 a su continente natal, dejando la obra con el exterior a medias. La construcci%u00f3n careci%u00f3 de impulso para ser reanudada, por lo que no es sino hasta 1930 que se retoman las labores, estando a cargo el arquitecto Federico E. Mariscal, con el apoyo del secretario de Hacienda, Alberto J. Pani.En ese entonces, al decidir dar un nuevo prop%u00f3sito al espacio agregando la instalaci%u00f3n de varios museos, se opt%u00f3 por cambiar el nombre de Teatro Nacional al de Palacio de Bellas Artes, pues se quer%u00eda que fungiera como la sede de una instituci%u00f3n dedicada a fomentar y difundir las expresiones art%u00edsticas y culturales de M%u00e9xico y el mundo. Lo que hoy se admira es el resultado de ese largo camino: una fusi%u00f3n entre el Art Nouveau europeo en su exterior de m%u00e1rmol blanco, y el Art Dec%u00f3 mexicano en su interior lleno de vitrales, esculturas y murales; es por ello, que el Palacio de Bellas Artes expone una mezcla entre lo mesoamericano y lo neocl%u00e1sico.